domingo, 10 de noviembre de 2024

Raíces

 Desprenderse de las hojas muertas

dejar que los frutos caigan y sean alimento de las ardillas

dejar que la savia vuelva a la raíz

entre las gotas de lluvia gélida

que van rasgando las arrugas del tronco

el agua se congela y quiebra las ramas más débiles

Pero la vida bulle en la raíz

bulle y gime

en el interior, en la profunda oscuridad

añora salir a la luz

recuerda el brillo con que creo cada grano de la granada

recuerda en crujido de la cáscara abrirse entre las manos amorosas

el silencio cómplice que vino tras él

y los aromas que se arremolinaron bajo se copa frondosa 

Las historias vienen y van a través de las raíces

de los olivos, las palmeras, las acacias, 

los sauces llorones, las higueras, los limoneros

los perales, los nogales y los cedros....

Todas ellas sustentan el palpitar de un amor

puro, auténtico, que aguarda en las raíces del alma

su primavera.

¿No es tiempo ya de despertar, de desperezarse?

Horizontes

 Líneas palpitantes

líneas azules marítimas

líneas ocres que el viento desplaza

Líneas que se escapan hacia el punto de fuga

hacia la orilla del sueño profundo.

Más allá de la densidad de la oscuridad

emerge un sonido

una canción, unos versos

un puente de palabras

Palabras para el reencuentro

que dejan de ser necesarias

cuando las miradas se encuentran

 la piel tiembla 

no son necesarias en esos momentos

en que se eclipsa el tiempo y la distancia

El corazón sabe de las compases

sabe prenderse de un aliento desbocado

y navegar en orillas de calma y serenidad

donde ya no hay relojes de arena

desde la arena ese tesoro en el que se esconden

los diamantes de la risa, la complicidad y la ternura 

el lecho nos acoge.

De las caricias manan palabras nuevas

recuerdos con los que tejer ropas para abrigarse en las tormentas

de las inclemencias ajenas lluvias gélidas, tórridas.

 Vivir por fin en esa frontera líquida, 

luminosa vibrante entre el océano y el desierto

Dibujar palabras en la orilla, zambullirse en el agua de tus lágrimas

y volver  a renacer, más ligeros con e perdón entre los dedos y la alianza de nuevos compromisos

donde no habrá un nosotros sin la totalidad del tú y del yo, con sus sombras y repliegues. 

Acogernos con todo lo que somos en el columpio del abrazo infinito.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Amor silvestre

 


Amor, flor silvestre

crece en enclaves mas insospechados

entre los cortantes aristas de la roca

Se eleva el tallo flexible

florece mecida por el viento

Se expanden sus esperanzas en  semillas 

arrulladas por las aguas

renacen un poco más allá,  sobre el abismo

Otras vuelan suspendidas sobre los vientos feroces

se aquietan con paciencia

entre la arena del desierto

respiran adormecidas el tórrido aliento de las estaciones

el frió gélido del silencio

hasta que la humedad de un beso 

ablanda sus fronteras y brotan 

raudas, resplandecientes,  cual vergel 

rodeadas de dunas, de ecos de canciones 

y promesas. 

Salto mortal

 Rebota la voz

se quiebra la silueta

la luz no permite ver con nitidez

y en la sombra

los colores a tu antojo se distribuyen

Acecha el temor

y se rompe el silencio

Brota al aliento contenido

la risa, la alegría por el encuentro

al otro lado del teléfono

No hay ayer, mañana

ahora que se expande y envuelve

Hablar es una acción suave 

mece y arropa los sacrificios y las renuncias.

conversar desata nudos, limpia telaraños,

ovilla el hilo de palabras para tejer nuevas redes

redes que sostienen y protegen del salto mortal

jueves, 31 de octubre de 2024

Esencias

 El tronco sufrió mutilaciones

las ramas que excedían el listón fueron cortadas

No alcanzaron a brotar las flores

porque sus hojas pudieron formar racimos

No se empapó bajo la lluvia

transformando su tronco en canal

capaz de erradicar la sed de las raíces

No, no fue posible

que su verdadera esencia

diera flores,  frutos, semillas

La naturaleza vegetal

fue anestesiada por las tijeras

y los nudos de responsabilidades

deberes ajenos

marcados por la llamada del almuecín.

Amaneció un nuevo día

en esa hora en que el hilo blanco no se distingue del negro ocurrió lo más temido, 

despertó y su alma sintió la caricia de otra alma, 

la llamada ineludible de esa otra presencia vegetal en otro jardín, en otro continente.

El desconcierto inicial se disipó como niebla a mediodía.

Las preguntas: ¿Soy yo a quien buscas?

¿Cómo voy a acercarme si no tengo ni un brote de hojas ni puede  ofrecer la promesa de una flor? 

¿Estaré inventándome esta llamada, este reclamo insistente de mi presencia?

El viento gélido dejó el tronco sin hojas, la ventana se quedó abierta y el frío quemó los brotes tiernos de unas yemas que afloraban. Pero la invocación seguía rodeándolo como un eco, como un latido. No importaba la oscuridad, lo abarcaba desde la última hoja y no cesaba de ahuecarse por dentro, desde  las raíces, al tronco. Cada noche la oquedad era mayor y albergaba susurros, cantos que mecían sus memorias más antiguas, sus anhelos de cuando eclosionó la primera flor, el calor con que arropó las primeras semillas con sus hojas...

Comenzó a sentir la autenticidad con que desde el otro lado, otro árbol lo sentía flexible, capaz de no quebrarse por la ferocidad de las tormentas, amoroso ofreciendo sombra y cobijo a los jóvenes que se acariciaban bajo su frondosa copa, orgulloso y satisfecho de sus frutos y flores, ofrendas de aromas veraniegos a los paladares ávidos. 

El día que supo por la canción de un pájaro la historia de la cigüeña que vive entre el norte y el sur, entre un continente y otro, que la esencia era la luz que le permitía sostenerse, crecer, decidió luchar por su vida. En el otro jardín el árbol con que soñaba, también había sufrido quebrantos, perdido ramas, ambos eran árboles viejos pero su esencia seguía añorándose,  necesitando proximidad y reestablecer el canal de comunicación que les permitiese seguir creciendo en esa caverna interior en la que se adormecían escuchando sonidos de cantares antiguos donde las danzas de sus hojas acogían a múltiples pájaros capaces de volar con alas propias. Decidió dejar de ser el falso bonsai de unos comerciantes para adentrarse en su esencia y ser el jardín.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Llama

 Los dedos acarician el icono

lo recorren

tratan de pulsar 

pero no hay aún la decisión suficiente.

Dedos náufragos

entre un mar de dudas, de miedos...

El silencio poblado de olores

de fragancias, trae en la noche 

una confirmación

una certeza, 

con un susurro: 

somos inevitables, 

entre un aquí y un ahora

nos encontramos

el reloj implosiona. 

Sentir el olor,  la voz

para entender todo lo que no se ha dicho

todo lo que palpita hilarante

en este encuentro entre almas.


Granada salada

 la luz de las granadas abiertas, 

me hechiza desde el cuenco de tus manos

El sabor de la granada verde 

eclipsó todo el dulzor de las granadas 

que rodaron entre prohibiciones y tentaciones,

durante las siguientes décadas.

Amargas y saladas se han vuelto 

los frutos de tu paraíso

¿Me devolverás la suave caricia 

de su jugo entre mis dedos

tintando de azúcar mis manos?

La alquimia se producirá 

entre tus manos y mis manos 

entrelazadas a la sombra de un Alcázar. 



domingo, 27 de octubre de 2024

Preguntas

 Entre los borradores y los espacios en blanco

dibujos de palmeras frondosas que van creciendo

valles de palmerales, 

valles de puntos y trazos en mayúsculas

con puntos y rompiendo la direccionalidad

de izquierda a derecha

de derecha a  izquierda

No hay preguntas sin respuesta

solo hay que abrir la interrogación

alzar la voz y formular la pregunta.

Sin miedo, con valor, 

con la certeza de que la sinceridad es el lazo que nos une.

No hay silencio capaz de ahogar tantas preguntas 

en el aire, en la noche, en la brisa marina

bajo las uñas,  más allá de la nitidez de la última palabra leída

antes de quitarnos las gafas.

Deseos

 silencio líquido

luces en el horizonte parpadeantes

la huellan del aliento

en la piel estremecida

suave zozobra

caer en el sueño sin fronteras

sin miedos, sin prejuicios

por fin desnudos frente a frente con el calor del vapor

recreando la atmosfera que nos despoja de la ausencia

Chispa, relámpago

para romper el ancla del pasado

tú y yo. hoy, cara  a cara

habitando el papel en blanco

martes, 17 de septiembre de 2024

La vida del diente de león

Nací,  me aferré a la tierra, bebí las gotas de lluvia

Crecí, enraicé,  brotaron de las primeras hojas

me dejé mecer por el viento.

Bebí luz y esquivé sombras

maduré, me doblé para no ofrecer resistencia a la frenética embestida de las tormentas.

Sensible a la luz, cierro los pétalos de la flor para evitar ser dañada o ser pasto de babosas.

Vivir, dejar que el viento te balancee y te lleve a otras tierras

a otras aguas donde dejar que germine la esencia.

Morir, un camino más con muchas bifurcaciones que te llevarán a un ojal, al interior de un libro, a una carta que cruzará océanos, continentes,  o a un puñado de compost que abonará otras semillas, sacrificio inútil, silencioso.

Vivir, morir

de la mano van

decisiones en el aire, miedos como cuchillos, 

mientras la raíz es molida para preparar una taza que sustituya al café  en una madrugada de insomnio, recuerdos y anhelos.




viernes, 30 de agosto de 2024

Colmar el silencio

 Colmar el silencio

Encontrarte es como atrapar ese reflejo dorado en una ola que está a punto de romper y ese fugaz instante se grava en el corazón irradiando su luz en plena oscuridad. Un segundo, un instante para alumbrar toda una vida.

Una luz incandescente, tu voz, en medio de un vacío estelar, donde el ruido suena a hecatombe lejana.

El eco de tu voz se desliza por mis laberintos internos, no me permite escuchar otras voces. Un eco que habita cada repliegue, cada arruga. ¿Dónde está el origen del sonido? Sigue tan vivo ese eso que siento que no nos hemos dejado de hablar, pero en una lengua que no llego a ser capaz de descifrar, para la que no hay traductores, ni diccionarios. Pero percibo los efectos que provoca en mi esa lengua, esos sonidos de tu voz, tus silencios. Me transforma en ola de plenilunio, en espuma juguetona, en gota que persiste en su cometido de formar nuevos lechos donde los cristales cortantes sean espejitos que besan los rayos del sol.

¿El agua  de la fuente te traerá el eco de mi voz? ¿Escucharás mis relatos de nuevo en los haces de luz que atraviesan las terrazas de la medina?

La voz clara, la risa cómplice, la palabra no dicha, el eco de otro tiempo ahora presente. La voz sorprendida, dichosa por saberse acogida entre mis manos. Soy guitarra, la cueva que retiene el eco de tus palabras y las hace viajar hasta las entrañas, generando vibración profunda que hace que el agua consiga horadar  a la roca.

Es tiempo es crear un diccionario a medias, de comunicar en una lengua común, es tiempo de cruzar el puente entre orillas, de mirarnos a los ojos y de soltar todo el lastre para echar a volar,  uno al lado del otro, para seguir la naturaleza auténtica que nos coloca en el aire, volando cual cigüeñas con nidos en cada orilla.

Puentes entre orillas

 Puertas entre orillas

Palabras que fueron pilares que nos sostenían.

Preguntas que no se formularon nunca como tales, sino como relatos en un lado del espejo para saber cómo era esa realidad al otro lado.

Casa de espejos

Casa de mentiras, de engaños

Lo que está a a derecha está a a izquierda

Lectura imposible, lenguajes que se disipan en las llamas de las velas

Solo la luna es el espejo en el que alcanzamos a adivinar al otro, tal vez es ese reflejo entre las olas del océano nuevas verdades, promesas… El hilo que nos sostiene unidos, ese hilo rojo. En ese silencio hiriente, ese silencio oxidado ya, que solo deja tras de sí rastros en piedras que el mar bate una y otra vez hasta borrar las huellas, hasta transformarlas en arena. Arena que flota en el aire, mecida por el simún,  partículas girando a ritmo de ciclón, arañan, rasgan las vestiduras, ciegan y nos encierran en el interior de una habitación nueva, de la que no saldremos hasta habernos despojado del eco de las lágrimas. Besar las cicatrices, para escribir, dibujar sobre un nuevo lienzo una segunda parte de la vida que está por estrenar, donde a cuatro manos la melodía es otra. Inventaremos un nuevo compás, otro tempo entre tu música y mi música, entre el norte  y el sur, porque ya no hay brújula, ya no hay orillas, solo puentes.





 




jueves, 15 de agosto de 2024

Ofrendas de amor

Los hilos van transformando el arco iris, hilos tendidos al sol cubriendo las terrazas las azoteas. Hilos que se doblaban en brazadas y se secaban al sol poderoso de los cielos de Fez. Colores que expandían sus poderes mágicos al teñir la lana que abrigó a las ovejas bajo los olivos y se fue trasformando en hilos al amor en las manos sabías de mujeres que lanzaron sus zagharcet en la boda y  en la primavera al nacer los hijos e hijas. Sus dedos se volvieron ágiles al dominar los secretos de las ancianas en el hamman

La trama alberga la magia para la que fue diseñada, hablan sus colores, con sus símbolos antiguos de sabiduría de las ancestras, el diamante, la golondrina, la araña,… Tejen y vuelven a ofrecer a los que les brilla la mirada al amor de la palabra susurrada, de la confidencia amistosa que conforma alas. Alas para volar como las cigüeñas más allá de las fronteras, atravesando continentes en sus vuelos migratorios. Viajes que precisan de protección contra las envidias, de recogimiento para volver a conectar con la energía femenina, con el placer y el gozo del encuentro amoroso. Alfombra nupcial, que recuerda al hombre amar cada día, y ofrecer semillas de amor para que brille la unión y esa vida sea refugio, cobijo donde poder ser y sentirse en el centro.

Perfumes recorren el tapiz, olores a inciensos de casas donde esta alfombra ha procurado felicidad y alegría a aquellos que la han tenido en sus casas. Inciensos mezclados con perfumes de aquellas que la han usado como lecho. Sucran a mi amiga que me tiende sobre los brazos este regalo, la alfombra nupcial que traerá alegría y la promesa de un reencuentro próximo.

Dormir sobre sus hilos, sus nudos y mensajes cifrados es casi un ruego que llega en la madrugada de una luna creciente. Desnuda me zambullo en sus geometrías vibrantes, verdes intensos, naranjas radiantes, violetas cálidos, blancos sólidos y acogida por esa henna, la cochinilla, el índigo, el azafrán, el jazmín, me duermo en el lento palpitar de su esencia.


Rkabat
, mapas trazados por antepasados, dunas protegen mis sueños y en ellos nos encontramos de nuevo, frente a frente, nuestras almas se reconocen, la alegría es infinita, nuestras miradas se encuentran y entonces el diálogo se siente eterno.




 

martes, 13 de agosto de 2024

Álbum de fotos ( 2/3)

 


El desierto te enseña que la huella será ligera, será borrada por un aliento y al final la piedra que señala el último lecho de tu cuerpo será enterrada por una duna que avanza imparable. Mientras tanto entre un grito y el silencio la vida discurre como el agua que da vida al árbol del argán y alimento a las cabras. Seguiremos plantando palmeras, olivos y arganos. 

 


 

Barro en ebullición,

ruinas de barro,

nidos que aguardan el regreso de la cigüeña nómada.

Ríos de palmeras que desembocarán en un océano de dátiles.

 

Vueltas y revueltas para llegar a la cumbre más alta,

Pero la más inasequible es la unos ojos cerrados,

Junto con un silencio opaco.

El camino sigue atravesando colinas de cedros,

alimento para las manos artesanas.

 


La oración cinco veces al día marca el ritmo de los años, el devenir de una vida de oración, compromisos, responsabilidades que se encuadran en el interior de los libros sagrados. Reflexión en la madrasa, salat orientado del este. Pero la brújula de tu verdadera vida te marca un camino. ¿No lo escuchas? La infancia lo sabe y te susurra: - Escucha a tu corazón, síguelo.

 


Recrear el jardín interior que llevamos dentro, un jardín como los Marjorell donde la esencia de oriente y occidente se fusionan en este espacio.

Cáctus y bambús,

lotos y fuentes.

Crecer a ritmo lento,

cada rincón aguarda un instante de belleza.

La armonía del exterior  genera paz interior.

 

 El exterior monótono, rojizo en la ciudad roja, Marraquech. Se precisa crear el espacio de la sombra, del contraluz para lograr el paso lento, sosegado que te conducirá a elevar la mirada y sonreír para que te lancen tal vez una llave.

 

Fez con sus puertas invita a perderse en la medina, la más grande del mundo. Sus barrios con los oficios medievales de expanden por la ciudad de las siete colinas, rodeada de olivos. Fez inabordable, Fez se cierra a cal y canto los viernes. Fez de abre y se despliega en los barrios de cada oficio por los que te llevará el guía. Cara y cruz, dentro y fuera, universos paralelos los que hilvanan la vida en la medina. 

 

Barrio de los curtidores en Fez, paleta de colores para trazar en la alfombra el diamante en el centro de la alfombra, en las esquinas cuatro raqed, rodeados de una cenefa protectora. El diseño de la alfombra sobre el cuero para no olvidar e mapa de los antiguos sonidos, del amazig. Cueros que fueron mapas, ahora son babuchas, bolsos con fondos secretos, carteras, mochilas, bolsos, portarretratos…

 

 


 

Atraviesas la Bab Boujloud y te adentras en dos vías principales más anchas que a ambos lados van apareciendo callejuelas serpenteantes, te vas adentrando llevaba por un olor, un color y cuando te das cuenta estás en un callejón frente a una puerta cerrada. Desciendes y sabes que estás cerca de la mezquita y Universidad Al Karaouine porque vigas marcan la frontera para que las mulas no se adentren en el espacio sagrado. Los oficios se distribuyen más allá alrededor de este centro, oficios que como en el medievo cada grupo artesanal tiene su barrio, los curtidores, los alfareros, la talla de madera,… y en este laberinto las mujeres amasan y extienden la fina cada de masa que podrás degustar con miel, con verduras, con carne, dulce o salada al gusto. La vida bulle al compás de las manos que no cesan de recrear belleza, ya sea en una inscripción en mármol para una tumba, o unos versos en letras bordadas con hilo de oro sobre el terciopelo…

 

 

Alfombras de oración, verde es el color del islam, verde en la madrasa, verde sobre los tejados de la mezquita, y el eco de aquellos versos de Lorca, verde que te quiero verde, mientras tarareo ojos verdes. 

 

 


La alquimia de las especias, la fuerza de los deseos irrumpe entre el interior y el exterior del Riad y el agua allanará el camino. La magia está en el aire, se respira conectan deseos, esencias. El hilo rojo sigue conectándonos.

 


 Lenguajes universales, 

el olor de las especias, 

la risa y el juego cómplice 

horneando sonrisas