martes, 30 de diciembre de 2025

La gargante del Dades

 

GARGANTA DEL DADES

El río ha excavado estas rocas, una garganta de rocas puntiagudas terrosas, arcillosas que se eleva hasta las esquivas nubes. En su lecho el agua discurriendo serena, arremolinándose entre limones, aguas cristalinas transparentes que dejan adivinar las aristas de las piedras y a los niños mojados, tiritando de frío sobre una piedra, con sus rizos, temblorosa formando tirabuzones. Mis manos frotan sus brazos para que la sangre circule. Los labios vuelven a recuperar su tono de rosado y dejar ese violeta cortante. El agua juguetea y se eleva entre risas y gotas que nos abren a ellos y a mí. Yo te chisco y tú me chiscas, tras la sorpresa de ver a la mujer extranjera en bañador, correteando como tú entre las aguas de tu río Draa. Jugamos a mojarnos y reír. El agua está fresca me he tumbado en el lecho un poco más profundo, lo justo para dejar que el agua discurra sobre mí y se lleve todos los obstáculos que no me permiten vivir el instante presente. Atrás se quedaron las miradas capturando esos picnics familiares a la orilla del visor de la cámara.

En el río no se pescan peces o tal vez se han convertido a manos de Aisha Kandisha en niños y niñas porque caminando por esta ribera me ofrecen niños menores para llevármelos a Europa. Infancias con las que es fácil jugar porque hay una mirada limpia, curiosa, abierta, libre, segura, tierna, honesta, el lenguaje del juego no precisa de otras palabras que no sean las universales de los cuerpos que comienzan con movimientos suaves, con miradas, con sonidos rítmicos, sonrisas…

 _ Te están haciendo muchas fotos.

 _ Fotos, sí claro, seré la loca extranjera que en bañador se cree una niña. Una extranjera, esto me otorga un estatus que me permite no sentir el rechazo de mostrar mis extremidades, mi pelo, mi espalda y mi escote. No me preocupa que me miren y se detengan en mi anatomía. No me importa, mirar es gratis. No pasa nada, tocar ya es otro tema. La mirada es libre.

El cuerpo no es más que huesos, músculos, piel. El cuerpo es un medio, un traje en el que el alma se encarna. Es el alma y la mente la que hacen del cuerpo una herramienta para comunicar y expresar, necesidades, deseos, culturas, la historia de una civilización. Investimos en él la intención de jugar de seducir, de amar y de odiar. El abanico de emociones lo abrimos y en nuestros andares, miradas y nos comunicamos. Yo solo quiero jugar, divertirme, volver a dejar que la niña que llevo dentro juegue en el agua, ría.  La seducción para mí es esa seducción vegetal que tiene la textura de las granadas, el olor de los olivos y la intimidad que generan las copas de los sauces llorones. El amor es un palmeral frondoso y se desarrolla en el Valle del Draa, del Cid a través del Atlas a su cobijo mientras las mujeres lavan la ropa y las alfombras, en los lechos de agua que discurren en su interior.


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