Líneas palpitantes
líneas azules marítimas
líneas ocres que el viento desplaza
Líneas que se escapan hacia el punto de fuga
hacia la orilla del sueño profundo.
Más allá de la densidad de la oscuridad
emerge un sonido
una canción, unos versos
un puente de palabras
Palabras para el reencuentro
que dejan de ser necesarias
cuando las miradas se encuentran
la piel tiembla
no son necesarias en esos momentos
en que se eclipsa el tiempo y la distancia
El corazón sabe de las compases
sabe prenderse de un aliento desbocado
y navegar en orillas de calma y serenidad
donde ya no hay relojes de arena
desde la arena ese tesoro en el que se esconden
los diamantes de la risa, la complicidad y la ternura
el lecho nos acoge.
De las caricias manan palabras nuevas
recuerdos con los que tejer ropas para abrigarse en las tormentas
de las inclemencias ajenas lluvias gélidas, tórridas.
Vivir por fin en esa frontera líquida,
luminosa vibrante entre el océano y el desierto
Dibujar palabras en la orilla, zambullirse en el agua de tus lágrimas
y volver a renacer, más ligeros con e perdón entre los dedos y la alianza de nuevos compromisos
donde no habrá un nosotros sin la totalidad del tú y del yo, con sus sombras y repliegues.
Acogernos con todo lo que somos en el columpio del abrazo infinito.
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