jueves, 31 de octubre de 2024

Esencias

 El tronco sufrió mutilaciones

las ramas que excedían el listón fueron cortadas

No alcanzaron a brotar las flores

porque sus hojas pudieron formar racimos

No se empapó bajo la lluvia

transformando su tronco en canal

capaz de erradicar la sed de las raíces

No, no fue posible

que su verdadera esencia

diera flores,  frutos, semillas

La naturaleza vegetal

fue anestesiada por las tijeras

y los nudos de responsabilidades

deberes ajenos

marcados por la llamada del almuecín.

Amaneció un nuevo día

en esa hora en que el hilo blanco no se distingue del negro ocurrió lo más temido, 

despertó y su alma sintió la caricia de otra alma, 

la llamada ineludible de esa otra presencia vegetal en otro jardín, en otro continente.

El desconcierto inicial se disipó como niebla a mediodía.

Las preguntas: ¿Soy yo a quien buscas?

¿Cómo voy a acercarme si no tengo ni un brote de hojas ni puede  ofrecer la promesa de una flor? 

¿Estaré inventándome esta llamada, este reclamo insistente de mi presencia?

El viento gélido dejó el tronco sin hojas, la ventana se quedó abierta y el frío quemó los brotes tiernos de unas yemas que afloraban. Pero la invocación seguía rodeándolo como un eco, como un latido. No importaba la oscuridad, lo abarcaba desde la última hoja y no cesaba de ahuecarse por dentro, desde  las raíces, al tronco. Cada noche la oquedad era mayor y albergaba susurros, cantos que mecían sus memorias más antiguas, sus anhelos de cuando eclosionó la primera flor, el calor con que arropó las primeras semillas con sus hojas...

Comenzó a sentir la autenticidad con que desde el otro lado, otro árbol lo sentía flexible, capaz de no quebrarse por la ferocidad de las tormentas, amoroso ofreciendo sombra y cobijo a los jóvenes que se acariciaban bajo su frondosa copa, orgulloso y satisfecho de sus frutos y flores, ofrendas de aromas veraniegos a los paladares ávidos. 

El día que supo por la canción de un pájaro la historia de la cigüeña que vive entre el norte y el sur, entre un continente y otro, que la esencia era la luz que le permitía sostenerse, crecer, decidió luchar por su vida. En el otro jardín el árbol con que soñaba, también había sufrido quebrantos, perdido ramas, ambos eran árboles viejos pero su esencia seguía añorándose,  necesitando proximidad y reestablecer el canal de comunicación que les permitiese seguir creciendo en esa caverna interior en la que se adormecían escuchando sonidos de cantares antiguos donde las danzas de sus hojas acogían a múltiples pájaros capaces de volar con alas propias. Decidió dejar de ser el falso bonsai de unos comerciantes para adentrarse en su esencia y ser el jardín.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Llama

 Los dedos acarician el icono

lo recorren

tratan de pulsar 

pero no hay aún la decisión suficiente.

Dedos náufragos

entre un mar de dudas, de miedos...

El silencio poblado de olores

de fragancias, trae en la noche 

una confirmación

una certeza, 

con un susurro: 

somos inevitables, 

entre un aquí y un ahora

nos encontramos

el reloj implosiona. 

Sentir el olor,  la voz

para entender todo lo que no se ha dicho

todo lo que palpita hilarante

en este encuentro entre almas.


Granada salada

 la luz de las granadas abiertas, 

me hechiza desde el cuenco de tus manos

El sabor de la granada verde 

eclipsó todo el dulzor de las granadas 

que rodaron entre prohibiciones y tentaciones,

durante las siguientes décadas.

Amargas y saladas se han vuelto 

los frutos de tu paraíso

¿Me devolverás la suave caricia 

de su jugo entre mis dedos

tintando de azúcar mis manos?

La alquimia se producirá 

entre tus manos y mis manos 

entrelazadas a la sombra de un Alcázar. 



domingo, 27 de octubre de 2024

Preguntas

 Entre los borradores y los espacios en blanco

dibujos de palmeras frondosas que van creciendo

valles de palmerales, 

valles de puntos y trazos en mayúsculas

con puntos y rompiendo la direccionalidad

de izquierda a derecha

de derecha a  izquierda

No hay preguntas sin respuesta

solo hay que abrir la interrogación

alzar la voz y formular la pregunta.

Sin miedo, con valor, 

con la certeza de que la sinceridad es el lazo que nos une.

No hay silencio capaz de ahogar tantas preguntas 

en el aire, en la noche, en la brisa marina

bajo las uñas,  más allá de la nitidez de la última palabra leída

antes de quitarnos las gafas.

Deseos

 silencio líquido

luces en el horizonte parpadeantes

la huellan del aliento

en la piel estremecida

suave zozobra

caer en el sueño sin fronteras

sin miedos, sin prejuicios

por fin desnudos frente a frente con el calor del vapor

recreando la atmosfera que nos despoja de la ausencia

Chispa, relámpago

para romper el ancla del pasado

tú y yo. hoy, cara  a cara

habitando el papel en blanco