En el Museo, al
lado recoge los elementos más destacados de este artista que nos dio el poder a
las mujeres vistiéndonos con los pantalones que sólo vestían ellos, sin
arrebatarnos la sensualidad, sin mermar nuestro erotismo, dando un aire de
misterio que se materializa en la imagen de Catherine Denueve presente en este
espacio que te invita a adentrarte desde el blanco y negro al abanico de
colores intensos que irradian sus trajes con influencias saharianas, amazigh,
españolas, subsaharinas. Música, maniquíes, fotos, complementos, trajes, videos
te llevan al universo que lleva el nombre de Yves Saint Laurent.
La atmósfera te
atrapa, te envuelve y entras dejando la luz radiante del exterior de la ciudad
roja, y entre las paredes negras, que siguen un diseño circular te encandilan
los diseños de su puño y letra con la selección de los tejidos para cada
diseño. Las imágenes de las portadas en Vogue, con esos vestidos que son una
homenaje a pintores como Picasso, y luego al girar la sorpresa ante esos
maniquíes de figuras femeninas de piel negra con sus trajes elegantes que va
desde su etapa con Dior en blanco y negro donde la elegancia es una esencia que
define su sello, te giras y te sientes fascinada por el color, esos diseños con
tintes bereberes, españoles, africanos, que parece que van a echarse a andar
con una presencia elegante, segura, radiante, sensual y preguntarte por una
localización, por alguien,… La mirada de Yves te sigue desde las fotografías de
este artista que supervisa la sala, y se sentiría orgulloso de esta muestra de
su universo, donde la música, los diseños, la forma de colocar los elementos
como los complementos que resaltan nuestra feminidad todo crea una armonía
grácil, etérea,… evoca el nido de las cigüeñas que sobrevuelan el cielo de
Marraquech.
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