La tanjia está a punto, para dar
la bienvenida junto con la harisa y el té a la menta. En la ciudad roja se
cocina a fuego lento para degustar lo que se oculta entre el claroscuro de sus
callejuelas miras arriba.
Terrenos vetados, terrenos
robados a precio de saldo con vistas a su faro, la Koutuvia.
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