Las cigüeñas
susurran:
_ Extraño los
cuentos, la música de los tambores, los cantos gnuawas. Desde que la tierra
tembló, tras el estruendo llegó el silencio. ¿Es un silencio como el del
norte? Pregunta la cria.
_ Sí, es como ese
silencio del verano, de esos pueblos que
verás pronto en los que sólo quedan nuestros nidos sobre los campanarios donde
ya no hay campanas que toquen a muerto. _ Dijo la madre.
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