viernes, 30 de agosto de 2024

Puentes entre orillas

 Puertas entre orillas

Palabras que fueron pilares que nos sostenían.

Preguntas que no se formularon nunca como tales, sino como relatos en un lado del espejo para saber cómo era esa realidad al otro lado.

Casa de espejos

Casa de mentiras, de engaños

Lo que está a a derecha está a a izquierda

Lectura imposible, lenguajes que se disipan en las llamas de las velas

Solo la luna es el espejo en el que alcanzamos a adivinar al otro, tal vez es ese reflejo entre las olas del océano nuevas verdades, promesas… El hilo que nos sostiene unidos, ese hilo rojo. En ese silencio hiriente, ese silencio oxidado ya, que solo deja tras de sí rastros en piedras que el mar bate una y otra vez hasta borrar las huellas, hasta transformarlas en arena. Arena que flota en el aire, mecida por el simún,  partículas girando a ritmo de ciclón, arañan, rasgan las vestiduras, ciegan y nos encierran en el interior de una habitación nueva, de la que no saldremos hasta habernos despojado del eco de las lágrimas. Besar las cicatrices, para escribir, dibujar sobre un nuevo lienzo una segunda parte de la vida que está por estrenar, donde a cuatro manos la melodía es otra. Inventaremos un nuevo compás, otro tempo entre tu música y mi música, entre el norte  y el sur, porque ya no hay brújula, ya no hay orillas, solo puentes.





 




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