sábado, 5 de noviembre de 2016

TRECE TUMBAS DE LA DINASTIA MING



TRECE TUMBAS DE LA DINASTIA MING
El camino de las tumbas está custodiado por parejas de animales de piedra, que se van sucediendo entre los sauces llorones, y la vegetación. El bochorno es insoportable, antes de que arranque el conductor M, se baja y comienza a correr poseído, como si alguien lo persiguiera. Con su bandolera cruzada, corre, y el sudor le mueve el peluquín, nos adelanta y cuando nos detenemos nos dice que él corre cada mañana en Madrid. El calor es sofocante y en el fondo de la mochila las cartas que encontré en la muralla china se mezclan: siete de picas, reina de corazones diez de diamantes, cuatro y diez de corazones. Los elefantes de piedra y los camellos, los caballos nos acompañan en nuestras instantáneas para terminar en la gran tortuga que sostiene sobre su caparazón las inscripciones de los reyes de la dinastia Ming. Las tumbas están en las colinas cercanas y no podemos acceder a ellas.  
Los sonidos se mezclan, piying, con el chino mandarin, hay doscientas noventa y dos lenguas que se encuentran con los balbuceos de una nueva variante que trata de expandir M, otorgándonos un nuevo nombre, así nacen Yoalin la mujer elegante, Sxié, nieve, y Meili la chica bonita. Pekín se transforma en Beijing a medida que se viaje hacia el sur. Y mientras el tibetano lucha por no desaparecer

No hay comentarios:

Publicar un comentario