ANIVERSARIOS
El silencio
se quiebra con la voz de Luis: - “Hoy en el recreo estáis invitados a un
pequeño refrigerio”- La mesa de la sala está cubierta por un mantel rojo,
servilletas a juego, platos de plástico emulando el diseño, velas y música
ambiente rodea las propuestas culinarias para este recreo, en el que no se sabe
muy bien cuantos años cumple y el
desfile comienza. Retratan la escena
para hacer comparaciones, para tratar de
superar lo precedente y así van sucediéndose cumpleaños sin tarta, ni velas
para apagar tras desear con firmeza.
Estos
momentos se van transformando en ocasiones para herir una vez más, para lanzar
más dardos envenenados con comentarios groseros, y así en las proximidades de mi cumpleaños siento
la necesidad de no estar allí a las 13:30, de escapar, de irme a hurtadillas,
por el zulo, y conmemorar el instante en que nací en otro lugar, cerca del mar,
contemplando las olas.
Llega
el día, 26 de junio y mis compañeras me sorprenden, a la mañana parece que no
recuerdan qué día es hoy, no me dicen nada. Como habíamos quedado traje un té
en el termo, un té aromático, con cardamomo y canela, y salimos a tomarlo
fuera, en la mesa, recordando la mimosa que estaba allí y este año el viento
doblegó para acabar siendo exterminada. Cuántas tardes pasamos bajo su sombra
jugando al balón, tratando de que aprendieran a atarse los zapatos,
compartiendo un picnic preparado con ellos, mirando nubes pasar, soñando con el
verano… eran otros tiempos, otro momento en el que no se cuestionaba cada
acción, cada decisión.
Allí nos
sentamos y sirvo el té en las tazas que nos regaló el hombre que vino a vender
colchones. De repente sacan una bolsa, y de ella aparece una tarta con velas de
cumpleaños, una tarta con flan que hizo ayer Victoria y su hijo para mi, y me hacen sentirte feliz. María saca los
platos que ella fue a lavar a escondidas para que no me diera cuenta, y abrazo
a mis chicas. Encendemos las velas,
pienso un deseo y soplo, soplo deseando con todas mis fuerzas que estemos bien
todas, donde estemos el próximo curso, pero bien. Mil gracias compañeras, con
vosotras me despido de la treintena, entro en el último año de esa década.
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