Hematoma,
heridas superficiales, hematoma granate intenso, … las gafas se deslizan sobre
la nariz y Chris mira, se acerca, se aproxima hasta inspirar el aire que media
entre nosotros y sonríe. Se aleja y sonríe, sonríe, sonríe hasta que se ríe sin
dejar de contemplar mi ojo dolorido.
¿Qué pensará por su cabeza? Tal vez se ríe
pensando otro te alcanzó,… se sonríe porque reconoce tal vez la herida, y le
resulta conocida, cotidiana, cercana,… nunca lo sabremos.
La mirada de
rechazo emerge en el silencio de Juan el desagrado, el miedo, el rechazo se
materializa en los ojos cerrados de Iván, no quiere mirar, no quiere verlo.
¿Qué me pasa en el ojo? Iván, responde: - Tienes el ojo malito. –Sí, y me
duele, ¿me vas a ayudar? ¿te portarás bien hoy? - Me voy a portar bien.- Y de repente Chris se acerca y me da un beso suave, en la mejilla.
Los adultos
preguntan tras la sorpresa: - ¿Qué te pasó?. ¿Te desvaneciste?. ¿Cómo fue?, ¿te
pegó algún crío aquí?, ¿fuiste al médico? … mientras otras no miran a los ojos,
no me ven, o prefieren mirar para otro lado…
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