CONFLICTOS
- “Lo que
provoca conflictos se elimina. –“ máxima de la directiva. Conflictos, ¿acaso no
los tenemos con nosotros mismos?. ¿Qué debemos hacer amputarnos el corazón, o
la parte frontal del cerebro?. ¿O tal vez debamos sacarnos los ojos o los
oídos?.
Un niño se introduce en la piscina, juega con
el agua, se divierte, le salpica la monitora y su madre desde arriba ve en esas
acciones una discriminación.
¿Deberíamos hacerle una lobotomía a la madre,
y/o a la monitora? ¿O tal vez deberíamos
impedir que su queja salga del recinto deportivo y evitar que se traslade a
otras instancias que la alientan a seguir reclamando en otras instancias
superiores, en lugar de analizar ese conflicto, compartir los distintos puntos
de vista y deshacer ese falso conflicto?.
Pero se nos
va de las manos y acaba eliminándose la salida a la piscina.
Nadaremos
contracorriente cuando llegue la próxima fiesta de navidad y seamos peces,
peces que se multiplican, peces que nadan sobre las arenas del Sáhara, peces
que aguardan el milagro, peces que se debaten entre la vida y la muerte en el
anzuelo, peces de cartón piedra que nadan entre sirenas de la talla XXL, entre
algas de plástico recicladas, y mares de celofán rojo, contaminado por los
fluidos de la rabia y el ostracismo.
Son estás las vivencias en que deberíamos
basarnos para plantearnos qué será la próximo qué podemos hacer.
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