domingo, 9 de septiembre de 2012

EL VELO PROTECTOR


Ante sus ojos era una más de la comunidad. Correteaba entre las callejuelas camino del zoco, compraba las frutas frescas, preparaba la comida con  mi madre y me iba al haman con mis hermanas. Las tardes discurrían entre alegres visitas amenizadas con sensuales músicas, y mis estudios. Al caer la tarde del viernes conseguía elevarme y volaba entre las azoteas, sintiéndome parte de ese cielo resplandeciente e intenso al salir hacia la mezquita con mi pañuelo blanco de seda. La felicidad era densa, auténtica, olía a canela,  sabía a té de hierbabuena, tenía el color de la henna sobre la piel y la textura de la complicidad femenina mezclada, en su justa proporción, con el respeto masculino
            Ahora, en medio de esta gélida península las miradas me controlan, voces calan por despojarme de una hiyab, de mi escudo protector, en nombre de una falsa igualdad  que no respeta la diferencia. Han intentado arrancármelo y he comprendido lo que sienten las mujeres cuando las violan. Mi velo protector es para ellos un símbolo de la falta de libertad y yo me pregunto:
¿No será mi pañuelo el espejo en el que se reflejan sus miedos?.

PUBLICADO EN: 
VARIOS (2002): Míranos. Fotos cuentos t relatos hiperbreves. Ed Fundación de Derechos Civiles. Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario