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....Propones un texto circular y lanzas una sugerencia al lector.Yo te voy a responder como una alumna aplicada y haciendo honor a Plagiaria con otro texto circular. A ver qué te parece. El problema que les veo a los textos estos es que son como la virginidad que sólo funciona una vez, pero la idea me pareció divertida y sugerente.Verás el resultado en archivo aparte
PLAGIARIA.
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Acabo de leer tu breve introduccion a lo que parece un relato, y la imagen que me da es el de una alquien, quizas una mujer fragil por sus circunstrancias, que a la llegada de su marido se pone tensa y con miedo, cuando de repente le dice algo....
(seguro que no tiene que ver a lo que tu clarificaras mas adelante, pero ya sabes la imaginacion.....)
MaJo
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Te contesto rápidamente entre clase y clase:
Primero me pareció el iris del ojo, pero cuando empezaste a decir que se partía y se desligaban las estrías me acordé de esas rosquillas Río ¿recuerdas? de cuando éramos pequeñas... Lo que no pensé fué que fuera el desayuno era del niño, pensé que era el desayuno del padre, con café
Muchos besos y Felicidades!!
Veo mis pies caminando sobre la orilla del mar, el relieve que el agua dibujó en la arena , los reflejos del sol, el equilibrio en forma de quietud y serenidad del momento. Quien dice un buen día , dice un momento en que la caricia de nuevas aguas, por primera vez para esa arena rompen su vida . Pronto llegará el golpe seco y la caida estrepitosa de una
ola que parece un vacío blanco, pero no, el agua, la arena, la espuma ... se confunden con las sensaciones, el vértigo, el miedo de un joven que persigue su tabla y grita "¡CUIDADOOOOOO...!"
Soy Belén, Encarna, y te puedo asegurar que el título "fugacidad" me predispuso en principio a imaginar algo tan lejano a las galletas como has comprobado. Me he acordado del comentario que me hiciste precisamente el otro día sobre ellas y la hija de Mª José, quizás por ello te inspiró esta historia circular hasta en sus comienzos. He elegido la primera imagen que se me vino a la cabeza pero te diré que en la lectura de la 2º parte del relato se cruzó una imagen diferente, quizá por la preocupación que me causa mi hijo ultimamente: Las caricias circulares sobre mi vientre embarazado, la tranquilidad que quería transmitir, la caricia húmeda cuando rompí aguas y aquella fractura por los cuatros costados que sentía mi cuerpo y que sabía acompañada de esfuerzo, de vértigo y de perdida de límites o fronteras seguras para el bebé.Y en medio de esa fusón de dolor, emociones, sensaciones y sentimientos , la voz masculina y entusiasta del anestesista que cogiéndome por los hombros me decía :"Änimo, empuja, empuja, que ya sale".
Te envío tambien la imagen que tuvo un compañero del cole muy aficionado a la lectura, colaborador de la revista Platero, y al que le gustó mucho este "juego literario" , pues así es como lo bautizó él. Se llama Jose Mª Gömez y me dijo que estaba clarísimo de qué hablaba. Esto es lo que escribió:
Enseguida me vino a la mente - yo soy de la costa - los grupos apretados de mejillones sujetos firmemente a las rocas, aprovechando alguna hendidura, con su color oscuro de charol, sosteniéndose contra el batir del oleaje hasta que un día una tormenta se desprenden y ruedan por la playa, algunos se abren lentamente, otros los cogen los niños y les rompen el caparazón, otros despues de girar entre la espuma alguien los recoge y acaban en una sartén o una olla , con su salsa. La voz masculina que se oye es, seguro, la voz del cocinero o la del comensal. ¡ Ni se me ocurrió pensar en una galleta!
besos
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Cómo no recordar a mi Inés en su ritual de desayuno, galletas agolpadas, entretenida mirándolas, ensimismada, recreando el equilibrio inestable que, en cierto modo, es la vida. Eso es lo que me evoca el cuento.
Besos,
Mª José
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