lunes, 10 de septiembre de 2012

SEPARACIÓN

SEPARACIÓN

         El carromato estaba estacionado en la plaza y en su interior cestas con plátanos aún verdes, granadas rojas, pequeñas peras verdes, naranjas relucientes atraían las miradas sedientas. Los últimos dirhams alcanzaron para comprar unas granadas.
Alejados del bullicio del zoco, al amparo del sauce, elevó la granada entre sus manos a la altura de su frente tras contemplar con ojos voluptuosos la redondez de la codiciada fruta y le clavó la navaja abriéndola en dos. Mis manos acogieron los granos que saltaron al separar las mitades. Sus dedos largos comenzaron a extraer los granos dulces mientras las pieles amarillentas y agrias iban acumulándose en el suelo. Cuando obtuvo un puñado tendió su mano y yo me incliné para tomarlos y acariciarle con la lengua. El contacto suave y húmedo le llevó al estremecimiento. Después llegó la agridulce despedida.
         La distancia entre el nosotros y el ahora me ha invadido de ecos ácidos.
- Quisiera poder matar la tristeza que me habita cada noche al cerrar los ojos y no tenerte a mi lado. Quisiera mutilar el dolor de tu ausencia y poder saborear una granada sin que las lágrimas me inunden por dentro.

 Publicado en: LA EXPLANADA Nª 26, febrero 2005, Alicante.

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