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- Nosotros que nos queremos tanto...- El bolero a media
    voz nos lleva un poco más lejos de un ayer donde la vida se escribía en
    primera persona y la frontera entre lo mío y lo tuyo era una escisión
    volcánica entre nuestros distantes territorios. Era más fácil y cómodo
    seguir con una vida donde la ausencia de otra voz fuese la fiel acompañante
    de nuestros pasos por la casa. Pero esa mirada tuya acabó con la
    confortable aceptación de una independencia solitaria. Y poco a poco tú
    iniciaste tus pensamientos con un vos, mientras yo comencé a trazar
    proyectos para nosotros. Vomitabas condicionales sin tregua, dado que nunca
    reconociste el temor ante la fusión de nuestros tiempos y espacios. El bolero concluyó pero seguimos tarareando bajito y nos acariciamos
    mientras bailamos. Acá, somos nosotros, y allá se quedó Peter Pan.
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